Acuerdos Escolares de Convivencia (AEC)

PROCESO DE PRODUCCIÓN: La construcción de los AEC del Instituto Parroquial Familia de Nazareth ha sido realizada a través de la participación de todos los miembros de la comunidad educativa: directivos, docentes, personal no docente, equipos técnicos, alumnos y familias. El trabajo de construcción fue organizado como resultado de diferentes decisiones: en primer lugar, definiendo los grupos de trabajo a conformar para pensar y tomar decisiones sobre la convivencia en nuestra institución; en segundo lugar, identificando los ejes estructurantes del trabajo común, que nos servirían para consensuar aspectos centrales referidos a la convivencia en la escuela. Las instancias con los diferentes grupos de trabajo fueron las siguientes: Instancia de trabajo colectivo entre directivos, personal docente, equipo técnico y personal no docente. Instancia de trabajo entre docentes y alumnos. Instancia de taller entre las familias, equipo directivo, docentes y equipo técnico. Los ejes de trabajo que se definieron como prioritarios para todos los grupos fueron: Construcción conjunta de una definición de convivencia. Consenso sobre los valores centrales que sostienen la convivencia en nuestra institución. Trabajo sobre situaciones conflictivas de la vida cotidiana en la escuela, identificando los problemas que presentan, diferentes modos de resolverlos y normativas que sería necesario definir para la convivencia en la institución. Es importante aclarar que, si bien se trabajaron los mismos ejes en cada uno de los agrupamientos, los dispositivos metodológicos utilizados se definieron específicamente en función de las características de los grupos y las incumbencias de las funciones que cada uno de ellos desempeñan en la comunidad educativa. De todas esas instancias de trabajo, surge el presente Acuerdo. CUERPO NORMATIVO: EL VALOR DEL RESPETO. En nuestro instituto se considera el respeto como uno de los valores más importantes del ser humano, porque se constituye como pilar fundamental para el ejercicio de otros valores que hacen a la convivencia con otros. Asimismo, “el respeto como valor representa el corazón de la ética en tanto supone el reconocimiento de la existencia de un “otro” que es diferente a mí y que debe ser considerado” (Bleichmar, S. 2006), valorando sus necesidades e intereses. En este sentido, el respeto debe ser ejercido en forma mutua y se espera que sea enseñado desde el mismo enfoque, tanto en el ámbito familiar como escolar (partiendo de la premisa que, como escuela católica, definimos nuestro Ideario en el marco del Magisterio de la Iglesia). Cabe aclarar que consideramos que respetar no significa estar de acuerdo siempre con otra persona, sino que se trata de no discriminar ni ofender ni segregar a los demás por sus características y sus decisiones, siempre y cuando esa persona por su forma de vida y sus opciones no cause ningún daño, ni afecte a los demás. Asimismo, el ejercicio del valor del respeto se traslada a objetos materiales y a la infraestructura edilicia y su equipamiento, en tanto es posible reconocer que son bienes comunes de la escuela, necesarios para desarrollar las tareas de enseñar y aprender. Si no podemos respetar y cuidar los materiales propios de la institución estamos perjudicando indirectamente a las demás personas. Por lo tanto, se promueve el RESPETO por: La vida, el propio cuerpo y la propia intimidad y la de los demás, que se manifiesta en comportamientos que no vulneren los derechos, la intimidad ni atenten contra el pudor, porque las personas siempre deberán diferenciar los actos que son de índole privado de aquellos que son de carácter público. Por ello, no se aceptarán manifestaciones públicas de actos íntimos en instancias institucionales, independientemente de quiénes sean los intervinientes. En cada situación, se intervendrá con un principio de justicia e igualdad ante la ley. Todas las personas, independientemente del rol y función que desempeñen, sean o no de la institución, lo que se manifiesta a través del trato cordial y buenos modales, de la tolerancia, de la paciencia, de la solidaridad, la empatía, etc. No se permitirá ninguna acción, ya sea real o virtual, que pueda representar algún tipo de maltrato (verbal, gestual, físico, psicológico, social, emocional, etc.) que implique un agravio, discriminación o segregación para otra persona. La enseñanza y el aprendizaje constituyen derechos resguardos por la normativa vigente, entre ellos la Constitución Nacional. Por ello, todos los actores institucionales deberán cumplir con las obligaciones que de ellos se derivan, lo que se manifiesta en un clima adecuado y armónico de trabajo; en el cumplimiento en tiempo y forma de las tareas pertinentes al rol y función que cada actor desempeñe; en el caso de las familias, al cumplimiento de todas las obligaciones parentales con la escolarización de su hijo/a (matrícula y aranceles), de salud (atención médica específica acorde a las necesidades particulares de su hijo/a) y de educación (asistencia regular, participación en reuniones, provisión de materiales de estudio para su hijo/a, etc.). No se permitirá ninguna acción o comportamiento que incumpla, interrumpa o dificulte el ejercicio del derecho a enseñar y a aprender y que obstruya el normal desarrollo de las actividades educativas. Cualquier tipo de símbolo que exprese identidad (nacional, religiosa, institucional), así como actos y momentos celebrativos donde se manifieste nuestro ser ciudadano y nuestra fe cristiana. No se permitirán acciones o comportamientos inadecuados, que muestren falta de respeto en cualquier momento de la vida comunitaria, en particular, durante actos patrios, momentos de izamiento y arriamiento de la bandera, celebraciones religiosas, etc. La presentación personal y el uniforme escolar. Las personas deberán respetar indumentarias y estilos de presentación apropiada al rol, a la función, a la actividad a desarrollar y a las características propias de un ámbito educativo. En el caso del personal de la institución y de los estudiantes, deberán concurrir con el uniforme definido a tal fin. No se podrá concurrir con indumentarias inapropiadas para las actividades o instancias escolares a desarrollar o sin el uniforme escolar. Bienes naturales, sociales y materiales propios, ajenos que se manifiestan en el cuidado de los espacios y elementos de la escuela, de las pertenencias de los miembros de la comunidad y los bienes del medio natural y social. No se aceptará el uso inadecuado de las instalaciones y del equipamiento de la escuela; ni la sustracción, rotura o mal empleo de cualquier tipo de objeto, propio o ajeno; ni el uso irresponsable de los bienes naturales; ni la destrucción total o parcial de los bienes sociales; etc. EL VALOR DE LA RESPONSABILIDAD. Se define como el cumplimiento de las obligaciones propias del rol y función que se desempeñe, implica hacerse cargo de las tareas y de las consecuencias de las propias acciones. Por lo tanto se promueve la RESPONSABILIDAD frente a: Quehacer y documentación: lo que se expresa en el cumplimiento de las obligaciones propias del rol y función que se desempeñe, lo que deberá hacerse con esmero y dedicación. No se permitirá el incumplimiento o la presentación inadecuada, parcial o fuera de tiempo y forma, de toda la documentación, recursos o materiales que conlleven a un adecuado desempeño de las actividades educativas. El manejo y presentación de documentación de valor público y legal: se exigirá la presentación y utilización cuidadosa, en tiempo y forma, de toda la documentación. No se aceptarán acciones que adulteren o atenten contra la veracidad/integridad de estos documentos; las familias estarán obligadas a presentar toda la documentación necesaria para que el legajo de su hijo/a esté completo, según la normativa vigente. Horarios y momentos institucionales, que se manifiestan en la asistencia y en la puntualidad de los horarios escolares. No se permitirán acciones que perjudiquen el normal desarrollo de cualquiera de las actividades escolares. Las faltas de asistencia deberán justificarse mediante la presentación de la documentación pertinente: De manera inmediata, en el caso del personal docente o no docente. En el término de las 48 horas hábiles, en el caso de los estudiantes. El uso de herramientas tecnológicas: se fomentará el empleo adecuado de las TICs, quedando éstas a cargo de la responsabilidad docente y siempre con finalidades pedagógicas. No se permitirá el empleo de dispositivos tecnológicos o de las redes sociales de comunicación en cualquier espacio y/o momento escolar que no esté coordinado por personal docente de la escuela y/o que no tenga un fin pedagógico. ACCIONES ANTE EL INCUMPLIMIENTO DE LA NORMA. Esta institución considera que las faltas y el error representan una oportunidad de aprendizaje en el desarrollo responsable de la ciudadanía. En la búsqueda y en la consolidación de una buena convivencia, sostendremos tres criterios fundamentales: Contextualización: ubicar el caso en la historia (tiempo, espacio, intervinientes, gravedad, trayectoria, emociones implicadas, etc.). Proporcionalidad: definiendo tres niveles: Faltas leves: aquellas que no representan ni riesgo ni daño para los integrantes de la comunidad educativa, ni atentan contra el bienestar psicológico, físico, emocional, personal, comunitario o al ambiente natural o social. Faltas moderadas: aquellas que implican un riesgo para la propia persona, para los otros actores institucionales, para el edificio escolar y su equipamiento o para el ambiente natural y social. Faltas graves: aquellas que dañan directamente a la propia persona, a los otros actores institucionales, al edificio escolar y su equipamiento o al ambiente natural y social. Gradualidad: la secuencia del proceso de aplicación de acciones ante el incumplimiento de las normas será la siguiente y siempre de acuerdo a la proporcionalidad de los hechos: Se dialogará con las personas involucradas, haciendo hincapié en la necesidad del cumplimiento de las normas establecidas para lograr una convivencia armónica. Se firmará un acta de compromiso, donde las personas intervinientes acordarán explícitamente cuáles serán las acciones adecuadas para resolver la situación. En dicha acta se dejará constancia de los hechos y las circunstancias que originaron su firma y las acciones de reparación conforme al riesgo o daño ocasionado (las que surgirán del consenso entre las partes involucradas). En caso de falta grave, se firmará el libro de disciplina escolar, dejando en claro que la reincidencia en los comportamientos inadecuados puede dar lugar a la suspensión (siempre en concordancia con la normativa vigente). Esta última decisión, que es de carácter absolutamente excepcional, siempre se comunicará y acordará con las familias y la Supervisión de Zona, y se tomará cuando esté garantizado el resguardo de la integridad de los niños y el trabajo familiar de reflexión. En situaciones de extrema gravedad (y luego de haber pasado por todos los pasos anteriormente planteados), se pedirá la intervención de las autoridades máximas de la Institución, Supervisión de Zona y demás organismos y equipos ministeriales y municipales (EPAE, SENAF, área local, etc.) para diseñar, acordar, aplicar otras medidas y maneras de abordaje con la intención de buscar soluciones y resolver las causas que generan los comportamientos disruptivos de los involucrados. Cuando las familias no adhieran a las normas de convivencia acordadas, no cumplan con sus deberes para con los menores, y/o se hayan agotado las instancias de diálogo, se podrá condicionar la matrícula del estudiante para el siguiente ciclo lectivo, siempre en resguardo de los derechos de los niños a la educación y a la atención integral de la salud. En el caso de que se haya vulnerado algún derecho de los niños, se dará parte a las autoridades pertinentes. ESTRATEGIAS DE SOSTENIMIENTO. Se implementarán estrategias y acciones que propicien que todos los integrantes de la Comunidad Educativa incorporen y hagan propio el presente Acuerdo. Para esto, su contenido se constituirá en material que atravesará el trabajo en todas las instancias con todos los integrantes de la Comunidad Educativa, ya sea en talleres o reuniones con familias, situaciones cotidianas de clase, reuniones de personal, etc. Entre ellas se propone: Incorporación del Acuerdo Escolar de Convivencia como contenido transversal en todos los proyectos de enseñanza, durante todos los ciclos lectivos. Talleres para padres, para docentes y no docentes. Reflexión grupal sobre situaciones concretas suscitadas en la escuela, remitiéndose al Acuerdo. Elaboración de campañas de divulgación de los valores sostenidos. Colocación de carteles con palabras clave que ayuden a recordar cuestiones importantes del Acuerdo.