En su vida cotidiana, al formar parte de una sociedad en la que los números están presentes en la mayoría de las situaciones, los niños los utilizan constantemente. Llegan al Jardín con variados conocimientos numéricos; por lo tanto, es función de la escuela organizar, complejizar, sistematizar los saberes que traen a fin de garantizar la construcción de nuevos aprendizajes.
Es importante proponer a los niños actividades con carácter lúdico que impliquen un obstáculo cognitivo a superar, garantizando de esta forma, tanto el interés y la motivación del niño como la construcción de saberes.
Se debe tener una clara intencionalidad pedagógica que permita, partiendo de los saberes y de los intereses de los niños, plantear situaciones problemáticas que involucren los contenidos seleccionados sin perder de vista lo lúdico. Las propuestas didácticas deben aunar el placer y la diversión del juego con el desafío y el compromiso de la situación de aprendizaje.
El trabajo con problemas exige una intervención educativa que contemple los tiempos que necesitan los niños para reflexionar acerca de lo que se les pide, para la búsqueda de diferentes estrategias de resolución, para dar explicaciones y confrontarlas con las de sus compañeros. Ello implica que el docente intervenga cuando el niño lo necesite, sin decir cómo resolver o diciendo “es así”. El docente dará oportunidades para que comprendan el problema, reflexionen sobre lo que demanda que busquen; alentará la reflexión, la verbalización, la revisión y la confrontación de ideas. Todo ello contribuye, además, a desarrollar el gusto y el interés por la matemática desde pequeños.
Diseño Curricular de la Educación Inicial – Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba
Y ahora…1,2,3 ¡A jugar y aprender con los números!